sábado, 28 de junio de 2014

El poema/desplazamiento húmedo*
desalojado increado
sobre la carne del tiempo/
pompa o espuma entre gritos/grieta
el poema de la voluntad, traza
la longitud de un acantilado/detrás de
las voces las cantoras las no calladas sombras
las sombras
avanzan sobre el esquivo centro de placer
vuelo sobre los ojos los ojos
dando giros las palabras de los ojos
a la flema azul verde y roja
donde lo no dicho/el autoflagelante/el alojado
/el que me llama
desde la puerta dentro de la puerta del rumor seco
racimo de visiones en la mente del ojo
la espina dorsal del mundo se retuerce/fracción de trueno
avanza como la dorada pudrición/crece
corta la arena, llano de pulpas desterritorializadas
páramo o poema o deflagración del instante
tristeza azul quemada viva
muerte o sol o afasia de la materia
que
ma
zón
al corazón de la lengua

ascenso horizontal sed/geométrica salvia


*(El poema se hace mutancia
humedad secreta hurtada al sueño
dios anonadador Sardanápalo universal
tambaleante abismo/umbral
deshojado sin pellejo
apertura de la flor blanca
como espuma vertical a su base
giro blanco
naufragio de cálida intemperie sin alma
palabras arrimadas a la flama
corrimiento en rojo de la saliva del tiempo
milaza temporal
manojo de filamentos de presencias sin sustancia
holocausto de verbos y de materiales
imagen,
corrosión, unilateral fuego
no-nada por encima ni debajo del fuego
fuego como dorado fruto/vertical cima
solitaria quemazón del verbo/
   

 todo calla y cae
                              
                                                                 la tromba
aniquila toda fugaz representación
solo goce humo/intemperie
sin centro ni periferia
nube de gozo
espuma hurtada a su base horizontal
      que cae y calla todo el tiempo
 secreto holocausto

manojo de pulpas geometrías:

           deflagración
                               del

                                    instante)

martes, 6 de mayo de 2014

Cancelé la deuda con todos los muertos,
la sangre de campanas y relojes brota de la noche,
se  anuncia la variación, la caída final,
turba de manos en la mañana de llamas,

con el rostro del animal vidrioso
que trepa desde un rincón,
empalaga mi boca de flores púrpuras lácteas,
libera mis ojos, estimula mis ardores.

Temporada de tentáculos,

temporada de encadenamientos célibes 
En ocasiones, al salir al jardín donde duerme la nodriza de la capa azul he podido oír como el silbido de un pequeño animal que escapa entre las flores; y alguna vez, incluso, he llegado a tiempo de ver unas patas como de ciervo cubierto de plumas de metal, resbalar en el barro y salir a la carrera. Pero nada, ni siquiera eso, me ha inquietado más que ver a la nodriza abrir los ojos en la cara del muerto que duerme al fondo de la fuente, rodeado de mujeres

martes, 18 de febrero de 2014

No voy a durar
No voy a permanecer
Pasaré como un aliento suave
Giraré sobre el aire
Abrasaré la espuma
Reposaré sobre la escarcha
Seré vapor en cristales públicos
No voy a durar
No voy a permanecer
No desencadenaré genealogías
Ni rastreos de huella firme
Ni notas al pie ni comentarios dominicales
Pasaré como un viento asombrado
Y caeré en el olvido
Y seré pasto de las bestias.

viernes, 14 de junio de 2013


Tengo del ausente la voz como el salto de un gato sobre una cabellera que se incendia. De mis hermanas he decidido recoger a la sonámbula que corre detrás del viento, detrás del silencio, detrás del fuego blanco que en las noches desciende hasta mi lengua para llevarme tras los pasos de la que corre, la que siempre en otro sitio que no es este, abre puertas y ventanas y canta.

jueves, 6 de junio de 2013

Totem




Me han hecho creer que la sangre que periódicamente bebo no es mi sangre; pero veo diariamente mi espíritu derramado sobre la mesa, como un manjar del que no me atrevo a comer. El hambre es enorme y sin embargo cada día deslizo los ojos hacia otra parte.

Por todos sitios, cuerpos que mueren a la intemperie del cielo como lagartos caídos en olvido; secos, aislados, máscaras vacías se desploman a mis pies arañando la tierra.

Por todos sitios la resaca de las luces del siglo arrasando con la vida y cubriendo el mundo de humo y de metal y de fuego.

Del otro lado está la vida que nadie se atreve a convocar. El amanecer y el crepúsculo se acercan simultáneamente.

Del otro lado está la excedencia sin resto.

lunes, 7 de mayo de 2012

Poemas del mundo I


Los amordazados despiertan
Sobre la hierba húmeda
Los despojados ruedan
 La tierra como un excedente,
El vacío se extiende sin resistencia
En sus ojos secos
Titilando nos apagamos
Y desaparecemos todo el tiempo
La hoja en blanco
Avanza en nuestros corazones
Mientras la ciudad,
La desmesurada colmena
Bosteza una marcha fúnebre
Que todo el día se prolonga en estertores de máquina
Y en ruido de sellos y de tarjetas de crédito y de mantras bursátiles
Entonados con la boca del ano del capitalismo local
Y ese inmenso pedo
Rueda sobre el país
Aplastando los cuerpos y las mejores
Mentes de mí mutilada generación
La espuma no tarda en rodear las bellas bocas rojas
Infladas de calor y rotas de sed de esta querida patria
Encerrada
 En su propio cuarto de ropa sucia
Abrasada al inodoro con la barba untada en mierda
Vociferando por la garganta
Eso que nuestra desalojada mente regurgita como una
Mala digestión de los últimos cuarenta años,
Y entonces
Cada generación se queda atragantada
Como un témpano atravesado en ese esfínter delirante,
Cada día y con jubilo acudimos a preparar
La más grande liturgia, activados
Por ese culto negro,
 Ese gran maleficio
Que maquinalmente se reproduce en cada delicada
Y culta y occidental y globalizada
Aggiornada mente del país
 Para destruirnos
Y para estar preparados, si así lo requiere
El sagrado y desmesurado
Eructo de patria colonizada,
Y ritmando con nuestros alborotados cuerpos
Bajamos y subimos las apretadas avenidas envueltos en humo,
Preparamos cada época la más grande de las sublimaciones
La aniquilación totalizada y practicada religiosamente.

El mecanismo ya rueda, los engranajes están en su lugar
La lubricada guillotina parte el húmedo aire
Zumba o resbala y se desploma sobre el corazón del país
Y el estertor atraviesa cada retorcida
Carcasa ensimismada, cada pobre cuerpo
Quebrado sobre el cartón y el asfalto
Y los bellos rostros se estimulan y babean al sol
Bajo los fulgores pálidos de los carteles luminosos
Buscando elevarse en la noche cosmopolita
 Fluctuando con desgano y desapego y afectación
Las mesas de un restaurante
O volcados sobre una mesa sucia
Sosteniendo una mueca, conteniendo la nausea
El mareo interminable, la arcada ontológica
Que sube hasta la boca de los profesores
De comercio internacional
Que apesta el aliento de los relaciones públicas
Que anega las aulas de sociología y de informática
Que se derrama por las paredes de los hoteles
Que flota sobre la bosta de la sociedad rural
De las librerías atestadas de muertos
Las confiterías paquetas y carcomidas de musgo
Para formar una sólida pared o dique espeso
En la comisura del labio del comunicador masivo
De los sacros dadores del sentido de las cosas
Los formadores de lívida espuma sustanciosa
Con las manos ávidas de tocarlo todo, de retener
Las inquietas riendas, la fluctuante visibilidad
De flotar en esa intemperie acerada y mórbida.
Los bellos rostros se erotizan por múltiples conductos
Entre fluctuantes y veloces encadenamientos
Se acercan a lamer la perlada llaga
El esplendido reflujo de la miseria
Y los misteriosos encadenamientos de la derrota